El 10 de diciembre de 1896 falleció Alfred Nobel, inventor, ingeniero y químico sueco conocido por sus inventos revolucionarios como la dinamita.
Su legado trasciende sus logros científicos, ya que en su testamento dejó instrucciones para instaurar los Premios Nobel, honrando logros excepcionales en áreas como la paz, la literatura, la medicina, la física y la química.
La muerte de Alfred Nobel marcó el cese de una vida dedicada a la innovación y el progreso científico. Sin embargo, también marcó el inicio de la creación de uno de los premios más prestigiosos y reconocidos internacionalmente, los Premios Nobel.
Estos galardones han sido otorgados a destacadas personalidades de todo el mundo, impactando positivamente en áreas cruciales para la humanidad.