El 2 de octubre de 1944, las tropas nazis sofocaron el Alzamiento de Varsovia, una rebelión organizada por la resistencia polaca en plena Segunda Guerra Mundial. La sublevación, que había comenzado el 1 de agosto de 1944, fue un intento desesperado del Ejército Nacional polaco de liberar Varsovia de la ocupación alemana antes de la llegada del Ejército Rojo soviético.
Durante 63 días de intensos combates, los insurgentes polacos, mal equipados y superados en número, se enfrentaron a las fuerzas nazis. La falta de apoyo externo, a pesar de las súplicas de los rebeldes, contribuyó a su derrota. Se estima que cerca de 200,000 personas murieron, en su mayoría civiles, debido a los bombardeos, ejecuciones y masacres perpetradas por las fuerzas alemanas.
Después de la caída del alzamiento, Varsovia fue prácticamente arrasada por los nazis como represalia. Los sobrevivientes fueron deportados y la ciudad quedó en ruinas, marcando uno de los episodios más trágicos de la ocupación nazi en Polonia.