Durante el Gran Premio de Nurburgo en 1957 el piloto argentino Juan Manuel Fangio tiene la oportunidad de obtener su quinta corona mundial. Debe llegar con su Maserati 250F a la meta antes que las poderosas máquinas de la escudería Ferrari conducidas por Hawthorn y Collins. Obtiene el primer lugar en la largada, pero en la vuelta 11 ingresa a boxes para cambiar neumáticos. Aunque lleva casi 29 segundos de ventaja, los mecánicos tardan más de lo previsto y las Ferraris alcanzan la punta. Fangio se lanza a la pista en la mejor carrera de su vida. Acelera en la curva que sigue a la recta principal y vuela, literalmente, hasta el tramo siguiente. Quedan 11 vueltas y Fangio logra el milagro: en cada giro obtiene segundos de ventaja que le dan el triunfo al bajar la bandera a cuadros. El record de quíntuple campeón será superado por el alemán Michael Schumacher en 2002.