Como hoy, aunque el origen de la efeméride resulta casi tan desconocido como el de su inventor, el mundo celebra el Día Mundial de la Hamburguesa, una fecha establecida para conmemorar a una de las comidas más populares y consumidas del mundo.
Si bien suele asociarse a la hamburguesa con la ciudad alemana de Hamburgo, en donde existen registros de un sándwich de cerdo que se servía entre panes redondos ya en el siglo XVII, hallar los verdaderos orígenes de este platillo, hoy universal, puede ser más complejo.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la ruta comercial Hamburg America Line conectó a Alemania con Estados Unidos, en donde comenzaron a venderse delgados filetes de carne entre dos trozos de pan, bajo el nombre de hamburguesa.
Hoy, tres nombres se disputan la autoría de la hamburguesa moderna: Fletcher Davis, que abrió su local en Texas, en 1880; los hermanos Frank y Charles Menches, que vendieron el platillo en una feria en 1885; y Louis Lassen, que vendió hamburguesas en Connecticut, en 1900.
La historia parece indicar que la fama de las hamburguesas creció al ritmo de los carritos de comida, que por entonces aparcaban en las calles para ofrecer sus bocadillos, en especial aquellos que se especializaban en preparar medallones de carne en sándwich.
En Kansas, en 1921, se inauguró lo que se considera la primera cadena de comida rápida de la historia estadounidense, local que por entonces comercializó hamburguesas más bien pequeñas, a las que llamaron sliders.
A partir de la década de 1940, con el advenimiento de las grandes cadenas de comida rápida, como McDonald’s, las hamburguesas alcanzaron la cima de su fama y allí han permanecido desde entonces, ganándose un lugar en el plato de cada nación del mundo.
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