El 24 de octubre de 1931, en Estados Unidos, el capo mafioso Al Capone fue condenado a 11 años de prisión y 50 mil dólares de multa, no por la interminable lista de delitos cometidos, sino por evadir el pago de sus impuestos.
Que el más importante jefe de la mafia fuera a prisión, aunque no por sus actividades delictivas, sino por no pagar impuestos, fue obra de un agente del Tesoro, Eliot Ness, líder de un famoso grupo que jamás cedió a los sobornos de la mafia, conocido como Los intocables.
Tras ser rechazado varias veces por el FBI, Eliot Ness aceptó la oportunidad de enfrentarse al imperio mafioso de Al Capone, para lo cual formó un escuadrón de agentes incorruptibles que se avocó a la causa en el contexto de la llamada Ley Seca.
La Prohibición, o Ley Seca, prohibía la fabricación, transporte, importación, exportación y venta de alcohol en casi todo el territorio estadounidense, lo que derivó en la proliferación de mercados negros de venta ilegal de alcohol.
Hacia 1928, Al Capone había ingresado 75 millones de dólares procedentes del negocio ilegal del alcohol, entre la venta de cerveza que él mismo fabricaba, la distribución de ginebra, whisky y otros licores.