La maldición del último Gran Maestre de los Templarios
Después de ser torturado y humillado, junto a otros caballeros de la Orden del Temple, el 18 de marzo de 1314, Jacques de Molay, el último Gran Maestre de los Templarios, fue llevado a la hoguera. Antes de morir, orgulloso de la lealtad a Francia con que él y sus hombres habían triunfado en cuanta misión les fuera encomendada, y consciente de que el rey de Francia había conspirado para acabar con los Templarios, lanzó una maldición sobre todos los involucrados en la flagrante traición: «Clemente, y tú también, Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios! A ti, Clemente, antes de 40 días, y a ti, Felipe, dentro de este año». Ambos murieron antes del fin ed ese año.
Las Orden del Temple nació en 1129 y rápidamente se erigió como una de las más prestigiosas organizaciones de la Cristiandad del Medioevo. Fueron implacables combatiendo en las Cruzadas y su manejo tan experto como innovador de las finanzas sentó las bases del sistema bancario moderno. Con el tiempo, ganaron mucho dinero y poder, a tal punto que llegaron a prestar dinero a varios estados. Uno de sus acreedores fue el mismísimo Felipe IV, rey de Francia. Con la doble intención de quedarse con el dinero y acabar con la orden, conspiró junto al papa Clemente V para acabar con los Templarios, en 1307.
Tras un primer enjuiciamiento papal, que encontró a los Caballeros de la Orden del Temple libres de cualquier culpa, el rey de Francia accionó sobre la Iglesia Católica para que revirtiera el fallo. Sirviéndose de falsos testimonios, un nuevo juicio por herejía terminó por declararlos culpables. Todos los miembros de la orden fueron apresados, torturados y vejados hasta la muerte. El Gran Maestre fue quemado en la hoguera, en la isla del Sena, frente a la Catedral de Notre Dame.
Fuente: ancient-origins.es
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