Inéditos testimonios sobre la misteriosa estadía de Hitler en Argentina
El periodista Abel Basti investiga la muerte de Hitler desde hace casi dos décadas. Con varios libros en su haber, que cubren la presunta huida del genocida nazi de Alemania y su nueva vida en Sudamérica, ahora, el periodista dice contar con testimonios inéditos de la estadía de Hitler en la Patagonia argentina.
Entre algunos de los testimonios más sobresalientes, se encuentra el de un teniente coronel retirado, hoy de 93 años. En 1953, mientras se encontraba en el Colegio Militar, fue llamado por el presidente Perón, quien le encomendó la secreta misión de alcanzar algunos documentos secretos al mismísimo Adolf Hitler, a quien encontró en una residencia de Bariloche.
Se trató de un encuentro muy breve. En el mismo día, el Teniente fue recogido del Colegio Militar, trasladado a Casa de Gobierno y, desde allí, hasta un avión militar que lo llevó a Bariloche. El diálogo con Hitler fue breve. Entregó la documentación, se fue, y esa misma noche estaba de regreso en el Colegio Militar.
También existe el testimonio de una mujer, Eloísa Luján, que asegura haber trabajado en la estancia San Ramón, en la Patagonia, como catadora de las comidas de Hitler. La mujer afirma que el Führer llegó hasta allí en tren, a una estación que se encuentra dentro de la estancia. Su relato se complementa con el de un electricista que asegura haber arreglado el tren desde el que partió Hitler, y haberlo visto en persona, en la estación San Antonio Oeste.
Basti dice contar con documentación de inteligencia de la policía, del año 1941, que detallan la formación de "pueblos nazis en Villa La Angostura y Villa Traful". Además, señala la existencia de un testigo, de nombre Francisca, que asegura haber atendido a Hitler y Eva Braun en la estancia Inalco, también en la región patagónica.
Finalmente, se espera un próximo libro que, entre otros testimonios, recoge el de un soldado argentino, de ascendencia alemana, que trabajó como chofer del destacamento de Bariloche. De niño, había conocido personalmente a Hitler después de completar un curso de instrucción en Alemania. Durante el acto de egreso, Hitler le obsequió un pequeño zepelín de juguete.
El soldado solía hacer viajes a la estancia San Ramón, llevando y trayendo al jerarca nazi Von Fritz. Con el tiempo, entablaron afinidad. Un día, Von Fritz le confesó que Hitler estaba viviendo en la estancia. Animado, el soldado le preguntó si acaso Hitler se recordaría de él.
La siguiente vez que se vieron, Von Fritz le aseguró que de hecho Hitler sí se acordaba y que lo esperaba pronto. El soldado estuvo con Hitler en dos ocasiones. Todo el tiempo hablaron en alemán.
Fuente: infobae.com
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