Sicario de la mafia neoyorkina participó en el magnicidio de Juan Pablo I
La noche del 27 de septiembre de 1978, el Papa Juan Pablo I se fue a dormir después de haber tomado un té. A la mañana siguiente fue encontrado muerto, tan solo 33 días después de haber sucedido al Papa Pablo VI. Desde aquel entonces, los rumores sobre un posible asesinato nunca cesaron, y la gran mayoría coincidía en señalar al propio Vaticano como el responsable.
Ahora, Anthony Luciano Raimondi, un sicario de origen italiano de 69 años, confesó haber sido parte del supuesto asesinato del Papa, en un libro llamado "Cuando la bala golpea el hueso". Allí, Raimondi explica cómo fue aquella noche y las anteriores en las que estudió los pasos del Sumo Pontífice.
Raimondi asegura que fue su primo, el cardenal Paul Casimir Marcinkus, quien le convocó al Vaticano. Marcinkus era por entonces quien dirigía el Instituto para las Obras de Religión, más conocido como Banco Vaticano. Según Raimondi, el té que tomó el Papa tenía grandes cantidades de Valium que le dejaron inconsciente.
Sin embargo, dice que fue el propio Marcinkus quien después entró en la habitación para colocar con un cuentagotas cianuro en la boca de Juan Pablo I, lo que acabó con su vida. Según el sicario, el Papa fue asesinado porque estaba decidido a exponer ante el público los escándalos financieros que salpicaban al Banco Vaticano y ensuciaban a la Iglesia.
Fuente: infobae.com
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