Momias del Everest: los escaladores que nunca regresaron a casa
Todos los años, decenas de hombres y mujeres intentan conquistar uno de los puntos más altos de la Tierra: la cima del Everest. Sin embargo, la mayoría de los aventurados deciden culminar su intento a mitad de camino, y otros terminan siendo víctimas de las hostiles y congeladas laderas.
La vida en un intento
Según los historiadores, hay más de 200 cadáveres diseminados a lo largo del llamado “techo del mundo”, ubicado en la cadena del Himalaya (frontera natural entre Nepal, India y la región del Tibet). Algunos cayeron en grietas, otros fueron aplastados por avalanchas y también hay quienes quedaron expuestos a la vista, e incluso son usados como marcas de referencia en el camino.
En el lado norte del Everest existe una zona a más de 8 mil metros de altura, conocida como “el valle del Arco Iris”, que lleva su nombre por el color que ofrecen las camperas, pantalones y calzados coloridos de los escaladores muertos en sus intentos de alcanzar la cima del valle.
A lo largo de la historia, los cuerpos de algunos montañistas, víctimas de una caída, una avalancha, una tormenta de nieve, agotamiento o del mal de altura, han quedado casi momificados por las heladas del lugar, y se han convertido en una leyenda para los que tuvieron ocasión de pisar el Everest.
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Fuente: lanacion.com.ar (Germán Wille)
Imágenes: Shutterstock/ Wikimedia commons