Los restos de Hernán Cortés olvidados en una iglesia de México
Hernán Cortés, el conquistador del imperio azteca, murió en España en 1547, enfermo y endeudado. Antes de morir pidió a su familia que construyeran un convento en la Nueva España (tal era el nombre que España le había dado al territorio conquistado) en donde pudiera yacer tras la muerte.
Su deseo no pudo ser cumplido, pero eventualmente sus restos llegaron a la Ciudad de México. En 1566, casi veinte años después de su muerte, los restos de Hernán Cortés fueron enviados a una iglesia al norte de la Nueva España, para que fueran enterrados junto a su madre.
Sin embargo, cuando su último heredero varón murió, se ordenó que fuera enterrado junto con el conquistador en un monasterio franciscano de la Ciudad de México. Allí los restos fueron puestos bajo llave en el altar principal.
Cuando México se independizó de España, en 1810, todo lo que recordara a la conquista se encontraba en peligro, por lo que los restos fueron escondidos en uno de los muros de la Iglesia de Jesús de Nazareno por el historiador Lucas Alamán, en pleno centro de la Ciudad de México. Sin embargo, Alamán dejó un mapa que fue entregado a otro historiador, Francisco de la Maza, quien encontró los restos en la Iglesia, en 1946, y es allí mismo en donde todavía descansan junto al altar principal, bajo una austera placa con letras doradas.
Fuente: reporteindigo.com
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