Las momias que México perdió por un increíble error
En el año 1861, por causalidad, fueron halladas varias momias entre las paredes del convento de Santo Domingo, en México. Hoy, es muy poco lo que se sabe acerca de sus paraderos, más allá de un rastro que se perdió en 1895, en territorio extranjero.
La noticia del hallazgo de las momias de Santo Domingo se conoció rápidamente y convocó a periodistas y curiosos en torno a las obras de remodelación del convento, ansiosos por ver en persona a cualquiera de las 14 momias encontradas al derrumbarse algunas paredes.
La impresión que generaron los rostros de las momias fue acaso tan sobrecogedor como el propio hallazgo: todas ellas mostraban expresiones de notorio sufrimiento, lo que llevó a especular con que se trataba de víctimas de la inquisición, torturados y emparedados vivos.
Aunque no existen documentos oficiales, se presume que las momias fueron vendidas por el gobierno de Juárez a un hombre llamado Bernabé de la Parra, poco tiempo después de ser descubiertas, para ser exhibidas en América y Europa.
El monto obtenido por la presunta comercialización de las momias de Santo Domingo es hasta hoy desconocido; de hecho, tampoco se tienen pruebas sobre la transacción. No obstante, existe una publicación del periódico El Monitor Republicano, que las menciona.
Un corresponsal halló a las momias en una exhibición en Bruselas, Bélgica, en 1895. Según narra la publicación, una de las momias correspondería a los restos de Fray Servando Teresa de Mier, figura emblemática de la Independencia de México.
Fuente: culturacolectiva.com
Imágenes: Shutterstock / culturacolectiva.com