La verdad en torno a los mitos más difundidos de la Conquista de México
Hace 500 años, Hernán Cortés y sus hombres entraban en Tenochtitlán por primera vez. Tras una serie de eventos bien conocidos, dos años más tarde, la capital del imperio azteca era conquistada. Sin embargo, hasta el día de hoy, algunos mitos en torno a la Conquista de México subsisten:
Hernán Cortés no hundió ni quemó sus barcos: lo más probable es que los encallara, porque meses después mandó a recuperar las partes metálicas de los navíos para reutilizarlos, por ejemplo, en la construcción de los bergantines que asediaron el lago de Texcoco.
Moctezuma no recibió con beneplácito a Cortés: a pesar de que en un principio el Tlatoani creyó que Cortés era el mismísimo Quetzalcóatl, inmediatamente intentó alejarlo de su pueblo mediante regalos y ofrendas que sólo aumentaron la codicia de los españoles.
Moctezuma no murió apedreado por sus súbditos: aunque fue la versión que se mantuvo durante siglos, desde el Códice Florentino hasta investigaciones modernas coinciden en que fueron los españoles quienes lo mataron, cuando ya no resultó útil para calmar a su gente
La Malinche no fue una traidora: ella no era mexica, por lo que jamás traicionó a su propio pueblo, el maya-chontal. Por el contrario, se unió a quienes quizás pudieran detener la expansión del Imperio Mexica hacia sus tierras.
No había tanto oro: a diferencia de los incas, los aztecas valoraban mucho más las plumas finas de aves, como el quetzal, y las piedras metamórficas azules y verdes, como el jade. Los españoles casi no obtuvieron oro en Mesoamérica.
Los españoles eran pocos: entre 700 y 1000 soldados llegaron con Hernán Cortés. Si fueron capaces de derrotar a los aztecas, fue porque se aliaron con miles y miles de aborígenes, como los tlaxcaltecas, que eran sometidos por el Imperio Mexica.
Fuente: elpais.com
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