La otra maravilla de Nazca: los increíbles acueductos
Las líneas de Nazca, en el sur de Perú, son uno de los grandes enigmas de la historia, y durante décadas, historiadores, arqueólogos y hasta viajeros aficionados han buscado una respuesta al enigma de su origen y propósito. Pero, más allá de las famosas líneas, de lo que casi nadie habla es de los acueductos de Nazca, un sistema de pozos y canales subterráneos que permitió regar los campos y producir los alimentos en una de las zonas más inhóspitas del continente.
Cómo funcionan
Al igual que los geoglifos, los acueductos fueron construidos por los pobladores de la cultura Nazca, entre los años 300 y 500 d.C. Se trata de un sistema de galerías filtrantes, con pozos, reservorios y canales, algunos subterráneos y otros a cielo abierto. El sistema capta por filtración el agua de la capa freática y la conduce por tramos subterráneos y descubiertos hasta un reservorio desde donde se distribuye a los campos de cultivo.
Siguen funcionando
Aunque la red tenía la finalidad básica de la irrigación, la cercanía de unos ojos de agua con otros hace pensar que tuvieron también un uso ceremonial. En la actualidad, los acueductos siguen siendo utilizados por los pobladores de la zona, ya han sido declarados bienes culturales de la nación, son protegidos por la Unesco, y se han puesto en marcha proyectos para rescatar aquellos que se encuentran en peligro y restaurar los que han sufrido el paso del tiempo.