La increíble travesía de la papa andina, el alimento que cambió el mundo
La milenaria papa andina, que hoy se produce en todo el planeta y principalmente en China, Rusia, India y Ucrania, fue domesticada en las montañas de Sudamérica hace 8 mil años. Llegó a Europa recién a mediados del siglo XVI y desde allí se expandió hasta transformarse en el cultivo más importante del mundo, solo por detrás de los granos de arroz, trigo y maíz.
Según los especialistas, el secreto para que la papa conquistara rápidamente el mundo se basa en su valor nutricional, la relativa facilidad con que se cultiva y especialmente la posibilidad de esconderla bajo tierra en épocas de guerras y saqueos. Los primeros registros de su cultivo se remontan al lago Titicaca, a unos mil kilómetros de Lima, capital de Perú.
Desde el mítico lago andino, la papa se extendió rápidamente por toda la cordillera andina hasta erigirse como principal alimento de los pueblos originarios, que la procesaron para fabricar el llamado chuño, a base de papa liofilizada, capaz de mantenerse en buen estado por varios años, e incluso décadas.
Con la Conquista española, en 1532, la papa viajó hasta Europa, junto con los tomates, los aguacates y el maíz. Aunque durante las primeras décadas el cultivo del tubérculo no prosperó, condiciones climáticas más adecuadas, como las de Irlanda, dieron paso a un rápido crecimiento.
La base nutricional de la papa resultó ser inmejorable, por lo que se extendió por toda Europa y abasteció a los pueblos devastados por las sucesivas guerras. Además, mejoró la salud e incrementó la estatura media de las poblaciones europeas y asiáticas, a tal punto que fue responsable de una cuarta parte del crecimiento demográfico entre los años 1700 y 1900.