La crisis financiera que puso de rodillas al Imperio romano
Tiberio fue el emperador romano que intentó mantener al imperio dentro de sus límites espaciales. Buscó mantener las reservas estatales con las que sobrevivir cuando bajaran los ingresos, implementó una reducción de impuestos y estimó lo que aportaría cada provincia al tesoro; sin embargo, la reducción de diverso gastos e inversiones públicas lo convirtió en un líder impopular.
Tiempo más tarde, el Imperio Romano cayó en una profunda crisis financiera en el año 33. Fueron varios los motivos de este desastre económico: algunos culpan a los especuladores por haber prestado dinero a un interés superior al interés legal de la época, pero también a la fuerte demanda de bienes de lujo de la época o a la reducción en la inversión pública.
Hay quienes afirman que los usureros reclamaron que se les devolvieran las deudas para así poder comprar explotaciones agrícolas, haciendo que los deudores tuvieran que vender sus pertenencias a bajo precio para poder pagarles. Además, Roma contaba con una escasez de efectivo desde el año 10, momento en que se habían empezado a dejar de recibir los tesoros de los saqueos.
Para resolver esta problemática, Tiberio habría establecido un aplazamiento de las deudas durante un año y seis meses. Por otra parte, se cree que el mandatario romano pudo haber ejecutado el primer rescate financiero de la historia mediante inyección de crédito de 100 mil HS, o 25 mil denarios. Además, creó una comisión con senadores que concederían préstamos como si fuesen un banco.
Al haber una mayor circulación de dinero, los propietarios no necesitaron vender sus tierras con urgencias. Es por eso que Tiberio, aunque haya sido un líder impopular, logró dejar una fuerte herencia: veintisiete veces la cantidad de sestercios a su sucesor, Calígula, aunque este acabó dilapidando la economía romana en fiestas y otras extravagancias, debiendo subir los impuestos.
Fuente: elblogsalmon.com (Javier J. Navarro)
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