Inexplicable: Benjamín Solari Parravicini, el Nostradamus del sur
Benjamín Solari Parravicini, conocido en su tierra como el Nostradamus argentino, nació el 8 de agosto de 1898, en Buenos Aires. Desde pequeño sorprendió a su familia con dotes para las artes plásticas y la música, aunque mucho más lo hizo con un agudo sentido extrasensorial, que lo llevaba a ver seres que nadie más veía en la casa.
Vida artística
Ente angelical.
Como pintor, logró exponer sus cuadros, venderlos e incluso llegó a ser director del Museo de Bellas Artes de la Municipalidad de Buenos Aires. Mientras tanto, jamás dejó de recibir la visita de un ser al que, desde pequeño, describió como un ángel. Fue este mismo ser el que le indicó que estudiara pintura para poder manifestar los mensajes que algún día llegaría a canalizar. De hecho, una mañana despertó y comenzó a escribir frases que él mismo no entendía, y que le eran dictadas por esta entidad.
En busca del destino
Abstracción misteriosa.
Ocurrió en el año 1932, después de reunirse hasta tarde con amigos: al despertar simplemente se lanzó a su escritorio y comenzó a escribir las palabras que escuchaba, aunque no entendiera. Algunos días después, el fenómeno volvió a suceder, solo que esta vez sentía que su mano no le obedecía, era como de otra persona y se movía autónomamente. No solo escribía, sino que también dibujaba.
Visitas de otra dimensión
Un día, cuando Parravicini acaba de cenar en un restaurante y deambulaba por la calle, se sintió repentinamente cansado. Se sentó en un banco y entonces recibió la visita de dos seres que se le acercaron. Inmediatamente, se vio envuelto en una luz y llevado hasta una habitación circular. Allí recibió un mensaje: debía predicar la paz.
Profecías claras y precisas
Desde entonces, Parravicini comenzó a elaborar una serie de pictografías que, a diferencia de las profecías generales, como las de Nostradamus, resultaron ser fechadas y cristalinas. Por ejemplo, en 1938 escribió: “El hombre del mañana surgirá del cultivo espermático del laboratorio. Su mujer buscará al hijo seleccionando el semen ofrecido por el médico. Se dará preferencia a los hombres atléticos (en reserva) y a los intelectuales. El hombre vulgus no será tenido en cuenta y se le dejará desaparecer. El año 2000 luego del cataclismo conocerá esta norma nueva y el hombre animal se habrá dormido para siempre y la procreación así dará al ser humano ‘sin pecado original’”.