Fórmula púrpura: la tintura secreta de los emperadores romanos
La escritora y periodista británica Virginia Postrel, lanzó un libro llamado “El tejido de la civilización: cómo los textiles dieron forma al mundo”, donde explica cómo era el proceso de fabricación que tenía la compleja, intrigante y apestosa tinta de color casi púrpura que utilizaban los persas, hebreos y romanos.
El púrpura de los tirios
Según cuenta una leyenda, publicada en el libro de Postrel, la tintura púrpura nace en la época de los tirios. Se dice que el dios Melkart, patrono de Tiro, paseaba por la playa con su perro y observó que, al masticar un caracol marino, la boca de su mascota se volvió púrpura. Melkart no tuvo mejor idea que inspirarse y teñir una túnica de ese mismo color para regalarle a su amada.
Un pigmento laborioso
Ese mismo color sería utilizado para teñir las túnicas reales persas, vestiduras de los sacerdotes hebreos y las togas de la Roma imperial. La mezcla, compuesta por criaturas marinas machacadas y de procedimiento laborioso, se convertiría tiempo después en una poderosa industria y comercio internacional, pero del que aún se desconocen aspectos esenciales.
Proceso del color
Postrel cuenta que, al entrar en contacto el molusco muerto con el aire, se producía un fluido coloreado con esa tonalidad. Se machacaban las glándulas que guardaban el pigmento, las introducían en agua caliente con sal y las dejaban macerar hasta que el color estuviese logrado. Por otra parte, el procedimiento destilaba un olor nauseabundo que atraía moscas y tábanos.
Representación del púrpura
Para los romanos, la utilización de la púrpura tiria representaba el lujo y estatus social, de modo que vestir de dicho color indicaba que el propietario era alguien especial. De hecho, en el siglo VI, Casiodoro, estadista romano, definía el color como una “negrura ensangrentada que distingue a su portador de los demás”.