El espía que avisó que Alemania invadiría la Unión Soviética y nadie le creyó
Ese agente era Richard Sorge, nacido en Rusia en 1895, se mudó junto a su familia a la capital alemana cuando apenas tenía dos años. Participó como soldado alemán en la Primera Guerra, donde escuchó por primera vez acerca de la Revolución Rusa. En 1926 se incorpora al partido Comunista alemán y viaja la Unión Soviética donde fue reclutado como agente de inteligencia.
Luego de su primera misión, la creación de una red de espionaje en China, es enviado a Alemania para hacer inteligencia sobre las crecientes relaciones entre Japón y el Tercer Reich. A los pocos meses de su estadía en Alemania, logra afiliarse al partido Nacional Socialista y logra que el diario Frankfurter Zeitung lo enviara a Japón como corresponsal.
En Tokio logró establecer vínculos con las autoridades japonesas y con los más altos diplomáticos de la Embajada alemana. La red de espionaje formada por Sorge funcionó durante años sin que nadie sospechara de su existencia. Tal es así que sus medidas de seguridad fueron adoptadas por toda la inteligencia soviética.
En mayo de 1941, un espía de la red de Sorge, envió un mensaje codificado urgente al servicio de inteligencia soviético (GRU). El mensaje radial confirmaba que Alemania invadiría la Unión Soviética el 20 de junio. Fue entonces cuando Stalin pronunció la frase que costaría millones de vidas: -No voy a confiar en un pervertido que organiza fábricas y burdeles en Japón. El 22 de junio de 1941 –dos días después de la fecha que había informado Sorge– Alemania invadió la Unión Soviética.
Las fuerzas alemanas avanzaron con rapidez sobre las desprevenidas tropas Soviéticas y la amenaza de una invasión japonesa le impedía A Stalin mover las tropas que había movilizado a Siberia. Stalin no tuvo otra opción que pedirle Sorge una investigación acerca de la decisión que tomarían los japoneses. Japón dudaba entre atacar a la Unión soviética, como exigía Alemania, o ir hacia el Pacífico.
El 14 de septiembre de 1941, Sorge envió a Moscú el mensaje que definiría el desarrollo de la guerra: Japón no atacará La Unión Soviética si los alemanes no lograban invadir Moscú. Pocos días después de haber enviado el mensaje que salvaría la vida de sus compatriotas, Richard Sorge fue detenido por la policía secreta japonesa y condenado a muerte.
Fuente:infobae.com
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