El codicioso plan de Hitler para conquistar la Antártida

Según un adelanto del libro 'Antártida. Historias desconocidas e increíbles del continente blanco' (Ediciones B), detallado por el medio eldiario.es, el 22 de enero de 1939, un avión nazi sobrevoló por primera vez la región de la Antártida Oriental en donde pocos días después se izaría la primera bandera alemana en el continente blanco.

Así los nazis consagraron el territorio como la primera colonia del Tercer Reich en la Antártida, un objetivo que Hitler perseguía con empeño y decisión: el continente debía ser de Alemania. La expedición que izó la primera bandera nazi en el sexto continente de la Tierra había zarpado en el buque Schwabenland, el 17 de diciembre de 1938, con 82 personas y la asistencia de los hidroaviones Boreas y Passat, acondicionados para funcionar a temperaturas extremadamente bajas.

Según el adelanto del libro, los nazis estuvieron interesados en conquistar la Antártida ya desde 1930, cuando advirtieron la ventaja geoestratégica que representa el territorio, especialmente después de que Alemania perdiera puertos estratégicos en el Hemisferio Sur, tras ser vencida en la Primera Guerra Mundial. Por otro lado, la derrota también había dejado a los alemanes sin acceso a grasas animales y vegetales indispensables para elaborar productos fundamentales de la vida cotidiana, por lo que el aceite de ballena resultaba ser un suministro esencial para la economía del país.

Con la excusa de varios objetivos científicos, como el estudio del clima y los océanos, la expedición del Schwabenland buscó en realidad anexar territorio antártico al Tercer Reich. Tras el éxito de la misión, celebrada por las altas esferas del poder nazi, una región de 600 kilómetros cuadrados en la Antártida fue bautizada con el nombre Neu-Schwabenland (Nueva Suabia), en honor al buque explorador.

Con la caída del nazismo, en 1945, los planes de Alemania para conquistar la Antártida quedaron suspendidos. A partir de entonces, a falta de documentación oficial, comenzaron a tejerse una serie de rumores que con el tiempo se transformaron en mitos. Ellos hablan de refugios secretos en el hielo eterno de la Antártida, tecnología desconocida que permanece oculta allí, e incluso la huida del propio Hitler, tras la derrota en la Segunda Guerra, que habría tenido como destino el continente blanco.

Fuente: eldiario.es (Tomás Balmaceda / Agustina Larrea)

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