El Beso de la muerte: cómo la NASA logró la autodestrucción de la nave Cassini
El 15 de octubre de 1997, la sonda Cassini partió desde la Tierra hacia Saturno, un trayecto que demoró casi siete años en completar. El 30 de junio de 2004, alcanzó su posición y comenzó a estudiar diversas características del segundo planeta más grande del Sistema Solar.
En 2005, la sonda Huygens, a bordo de Cassini, aterrizó exitosamente en Titán, una de las lunas de Saturno, desde donde reveló uno de los escenarios más inesperados: una superficie cubierta de hielo y océanos de hidrocarburos. Tras 20 años de investigación, la misión Cassini llegó a su fin, de manera planeada, aunque no menos dramática.
En abril de este año, la NASA desvió la trayectoria de Cassini para que se estrelle contra la superficie de Saturno, lo que finalmente ocurrió hace algunos días. Para ello, hicieron que la nave se aproxime a Titán lo suficientemente cerca como para recibir el "beso de la muerte", nombre con que los científicos llamaron al empujón gravitacional que derivó en el ingreso de la sonda a la órbita saturnina.
Aprovechando las reservas de combustible, los científicos lograron que el contacto de la nave con la atmósfera de Saturno sea el método más efectivo para el fin de la misión. Dada la fricción que se generó durante esta maniobra, Cassini se desintegró en varias partes, que cayeron como meteoritos sobre la superficie planetaria.
Fuente: infobae.com