Descubren que un esqueleto hallado en el Palacio de Hernán Cortés es de una mujer azteca y no de un monje español
El misterioso esqueleto encontrado en el Palacio de Cortés corresponde a una mujer tlahuica prehispánica y no a un monje español, como se creía.
Error histórico
Durante cinco décadas, los visitantes del Palacio de Cortés en Cuernavaca, Morelos (México), tuvieron la oportunidad de contemplar a través de la "ventana arqueológica" un sepulcro que, según la placa informativa, se asociaba erróneamente a un monje español llamado Juan Leyva, quien sirvió a la marquesa Juana de Zúñiga y Arellano, esposa de Hernán Cortés. Sin embargo, un análisis reciente de los restos encontrados bajo el recinto revela que, en realidad, pertenecen a una mujer tlahuica, integrante de la tribu azteca que estableció su señorío y tecpan en la colina de Cuauhnáhuac.
Este descubrimiento, facilitado por una evaluación reciente de su estado de conservación, ha permitido corregir la interpretación histórica y llevar a cabo un análisis más detallado del esqueleto. Después del terremoto del 19 de septiembre de 2017, que causó daños a la estructura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emprendió un proceso de reestructuración que resultó en la creación del actual Museo Regional de los Pueblos de Morelos.
Prácticas prehispánicas
El suplemento El Tlacuache, órgano de difusión del Centro INAH Morelos, destacó en su número monográfico que resultaba peculiar "el entierro de un clérigo fuera de su comunidad, especialmente considerando que su método de sepultura no se corresponde con las prácticas católicas de la época".
El análisis del entierro revela características más afines a prácticas prehispánicas. Se trata de un entierro primario, directo e individual, con un espacio de inhumación rellenado y cubierto por grandes rocas. La posición del cuerpo se observó en decúbito lateral sobre el costado izquierdo, con las extremidades flexionadas hacia la región torácica.
Mujer tlahuica
La edad del individuo se calculó mediante el desgaste dentario y el cierre de suturas craneanas, estimándose entre los 30 y 40 años. A pesar de señalar "vértebras deformadas", no se observaron enfermedades en el esqueleto. La estatura aproximada se estimó a partir del húmero, que midió 276 mm, sugiriendo una estatura de alrededor de 1.47 metros. Además, se identificó una ligera modificación cefálica intencional, posiblemente asociada a grupos prehispánicos, como los tlahuicas, indicando un tipo craneano tabular erecto.
Adicionalmente, se encontraron restos dispersos de otros dos individuos, un infante y un subadulto, asociados al entierro principal. También se identificó el húmero de un cérvido adulto que, probablemente, fue utilizado como herramienta, mostrando evidencia de tratamiento térmico. Estos descubrimientos llevaron a la corrección de la información en la ventana arqueológica, ahora indicando que el entierro pertenece a una mujer tlahuica.