Descubren cómo funcionaba la antigua Puerta romana al infierno
Según narran los escritos de los antiguos romanos, existió una cueva milenaria que era vista como puerta al inframundo y se utilizaba como epicentro de sacrificios a los dioses. En ese lugar, morían todos los animales que ingresaban, guiados por sacerdotes eunucos que parecían gozar del beneplácito de los dioses, ya que ellos no sufrían ningún daño.
Bocanada mortífera
Miles de años más tarde, los científicos pudieron conocer la verdad de este enigmático “portal al más allá”: una nube concentrada de dióxido de carbono proveniente de un lago a la entrada de la cueva, que asfixia a quienes emanan sus gases. La cueva tiene más de 2.200 años y estaba ubicada en la ciudad de Hierápolis, antigua Frigia, territorio actual de Turquía.
El lugar se utilizaba para sacrificios de toros y otros animales conducidos a través del Plutonio, o Puerta de Plutón (dios clásico del inframundo para los romanos). Mientras los sacerdotes trasladaban a la fauna hacia la arena, la gente podía ubicarse en asientos de gran panorama y ver cómo los vapores que emanaban de la puerta llevaban a los animales a la muerte.
Según Hardy Pfanz, vulcanólogo de la Universidad de Duisburg-Essen en Alemania, la principal responsable es la actividad sísmica bajo tierra. Durante una investigación sobre el gas de filtración de la cueva en 2018, determinó que una fisura que corre en las profundidades de la región sigue emitiendo grandes cantidades de dióxido de carbono volcánico que puede ser mortal.
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Fuente: infobae.com
Imágenes: Francesco D'Andria/University of Salento