Antiguo Egipto: ¿por qué dejaron de construirse pirámides?
Los faraones egipcios del Reino Antiguo, la época en la que se comenzaron a levantar las pirámides, estaban obsesionados con la idea de su muerte. De hecho, pensaban que únicamente ellos podían alcanzar el más allá, pero esto solo era posible gracias a las pirámides. Por eso, mientras en vida habitaban humildes hogares de adobe que poco se asemejan a los palacios de las películas, dedicaban sus reinados a construir necrópolis repletas de lujos, oro y piedras preciosas para asegurarse una buena estancia eterna.
Sin embargo, no pudieron prever una situación que rozaba la blasfemia: los saqueadores de tumbas. Estos ladrones no temían adentrarse en las tumbas de los faraones, considerados dioses en la época, y sortear las trampas y maleficios ocultos en ellas para quedarse con sus tesoros de ultratumba.
Era tanta la preocupación que esto provocaba en los soberanos egipcios, que los arquitectos de las pirámides diseñaron infinidad de artilugios para evitar los saqueos: puertas falsas, centinelas, pasillos ciegos, entradas escondidas a más de 100 metros de profundidad, venenos y hasta vendajes de ojos para los obreros que trabajaban en las construcciones, para evitar que conocieran la localización exacta de las tumbas y pudieran informar a los malhechores.
Los faraones del Reino Medio (2055-1650 a. C.) fueron los encargados de poner fin a la construcción de las pirámides y decidieron ser enterrados en zonas más alejadas de las ciudades, bajo tierra y ocultos de las miradas indiscretas. Así fue que surgió uno de los lugares de descanso eterno más conocidos de Egipto: el Valle de los Reyes, donde yacen 63 faraones.
Fuente: larazon.es
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