Quién mató a Ramsés III: así se resolvió el asesinato más enigmático del Antiguo Egipto
Una traición de proporciones épicas desencadenó uno de los asesinato más enigmáticos de la historia.
Un asesinato misterioso
En el año 1155 a.C., el antiguo Egipto fue sacudido por una trama de traición dentro del harén del faraón Ramsés III. Esta conspiración, conocida como la "conspiración del harén real", involucró a varios miembros de la familia real y buscaba alterar la sucesión del trono. Dos de los hijos del faraón, junto con varias esposas, participaron en el complot que culminó en el asesinato del faraón. El complejo drama, lleno de intriga y traición, destaca por su intensidad y las implicaciones que tuvo para la historia egipcia.
Ramsés III, conocido por su extenso reinado, vivía rodeado de lujos y rivalidades en el entorno del harén. Mientras que su esposa principal, Tyti, deseaba que su hijo fuera el sucesor, Tiye, una de las esposas secundarias, planeaba poner a su propio hijo, Pentawar, en el trono. La muerte de un heredero en 1164 a.C. dejó el camino libre para el hijo menor de Tyti, lo que desató la conspiración de Tiye para cambiar la línea de sucesión en su favor.
Hallazgo arqueológico clave
El misterio del asesinato de Ramsés III cobró vida en la década de 1820 con el descubrimiento de un pergamino judicial de 5,5 metros de longitud que detallaba el complot para asesinar al faraón. Este pergamino, datado en el siglo XII a.C., revelaba la participación de Tiye y varios cómplices en el complot, aunque los nombres estaban distorsionados y complicaban la identificación de todos los implicados. Este hallazgo se realizó en un momento en que el interés europeo por el antiguo Egipto estaba en auge, tras la traducción de la Piedra de Rosetta.
El hallazgo de la tumba de Ramsés III en 1886 añadió un nuevo capítulo al enigma. Aunque la documentación original era deficiente, el descubrimiento mostró al faraón junto a una momia más pequeña con un rostro desencajado en un grito, envuelta en una simple piel de oveja. Esta momia resultó ser un enigma adicional para los arqueólogos, ya que no coincidía con las prácticas funerarias habituales.
Revelaciones a la luz de la tecnología moderna
La solución al misterio de la muerte de Ramsés III llegó con los avances tecnológicos en la década de 2010. En 2012, una tomografía computarizada y un análisis de ADN antiguo confirmaron que el faraón había sido asesinado por una herida en el cuello. Además, los investigadores identificaron la momia misteriosa como Pentawar, el hijo conspirador de Tiye, mediante la comparación de ADN. Estos descubrimientos fueron posibles gracias a la aplicación de técnicas modernas de análisis forense.
Las investigaciones también encontraron figurillas de Horus y amuletos colocados en el abdomen y alrededor del cuello y pies de Ramsés III, indicando que se intentó proteger su espíritu en el más allá. El uso de tecnología avanzada no solo resolvió el misterio de más de tres mil años, sino que también ofreció una visión más clara de cómo la traición interna y la lucha por el poder podían llevar a actos tan brutales en el antiguo Egipto.