Las profecías de la reina de Saba se cumplen y podrían presagiar el inminente fin de los tiempos

Llamada también Makeda, la reina de Saba es conocida en la tradición islámica con los nombres de Bilqis o Balkis, aparece en algunos libros sagrados del judaísmo y en relatos bíblicos, aunque, hasta hoy, sobre su historia lo que más prevalece es una serie de profecías que poco a poco se fueron cumpliendo.

Makeda y el rey Salomón

Según narra la tradición, Makeda, reina de Saba (una región de la Península Arábiga que incluía el actual territorio de Yemen), llegó hasta Jerusalén para conocer al rey Salomón y compartir con él sus visiones sobre el destino del mundo.

Sin embargo, otras vertientes señalan que el encuentro entre los dos mandatarios sucedió de modo inverso: Salomón estaba al tanto de la sabiduría de la reina e incluso sabía de su capacidad para ver el futuro, por lo que decidió conocerla.

Primeros presagios

Consultada por Salomón sobre el futuro del mundo, la reina de Saba advirtió al monarca acerca del debilitamiento de los lazos sociales, el enfrentamiento entre personas de un mismo reino y los consecuentes conflictos y guerras.

Entre otros presagios, Makeda explicó que un día los matrimonios llegarían a romperse, que las mujeres ganarían poder hasta el punto de independizarse del hombre, que ya jamás volverían a ser esclavas de un marido y que, mientras tanto, la gente comenzaría a resignar cada aspecto de su vida en pos de ganar dinero, trabajando incluso en días festivos.

Profecías sobre el pueblo judío

Con respecto al destino del pueblo judío, la reina de Saba llegó a predecir que, tras la muerte de Salomón, el reino sería dividido en dos facciones, algo que ocurrió alrededor del año 931 a. C, cuando surgieron el reino de Judá, situado al sur y con su capital en Jerusalén, y el reino de Israel, con su capital en Samaria, territorio de la antigua Palestina. Además, la soberana vaticinó un conflicto entre ambos reinos, con guerras que hoy persisten entre israelíes y palestinos.

Makeda también predijo que el pueblo judío sería destruido, estigmatizado y condenado a vagar por el mundo, un augurio que varios historiadores identifican con la diáspora judía, la ausencia de un estado propio y finalmente el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

Profecías sobre los cristianos

Con una profecía cuyo nombre podría traducirse como “Hermano con vuelta contra hermano”, la reina de Saba predijo una guerra entre cristianos que muchos creen encontrar en el conflicto que dividió a católicos y protestantes durante muchos años.

También anunció el nacimiento de un Mesías, incluso señaló que salvaría a la humanidad del pecado original, e indicó que nacería en Jerusalén. Sobre él auguró que debería enseñar a la gente, que para ello se serviría de milagros, y también que sería rechazado, acusado y condenado a morir en la cruz.

Señales que anuncian el Día del Juicio Final

Más allá de las profecías cumplidas, Makeda realizó una serie de presagios que parecen cumplirse: habló de superpoblación, falta de alimentos, una división cada vez mayor entre pobres y ricos, cambio climático y hasta las dos Guerras Mundiales.

Antes de que el fin del mundo llegue, Makeda explicó que existirían siete señales, como un anuncio, a las que atender:

1. "Todos los seres vivientes sudarán sangre para que las gotas cubran su carne y fluya con gran sufrimiento".
2. "Cambiará y aparecerá desde el este, causando miedo y espanto en los corazones de los hombres para que hagan penitencia y oren".
3. "Como resultado, la gente se romperá con desesperación y alzará los ojos al cielo con dolor para mostrar su dolor".
4. "Dios enviará sequía, y todos los árboles y plantas se secarán".
5. "En los lugares colapsados, aparecerían incendios y vapores, y la gente dudará de todo y esperará la muerte".
6. "La gente morirá de miedo y ahogamiento por el aumento del nivel del mar, ya que inundará las ciudades".
7. "La gente se asustará como ovejas descarriadas, y llegará el Juicio Final".