El caso Oliver Thomas: la desaparición más inquietante de la historia
El 24 de diciembre de 1909, en el pequeño pueblo galés de Brecon, desapareció de manera insólita el niño Oliver Thomas, convirtiéndose en uno de los casos más extraños y conocidos. Según las declaraciones de familiares y vecinos -y en vista de las circunstancias inusuales en las que desapareció el pequeño-, acabaron dándole un peso más “imaginario” que concreto al caso en cuestión.
La historia se originó cuando el padre de la familia, viendo la poca agua que quedaba en la mesa, pidió a su hijo Oliver, de 11 años, que fuera al pozo a buscar una cubeta. A los segundos de salir, un grito desgarrador del niño despertó la atención de todos. Según el testimonio de la familia, pudo escucharse la voz de Oliver diciendo “¡Socorro, me llevan!”.
Casi de forma instintiva, los miembros de la familia salieron al exterior. Pero una vez afuera, no vieron nada: solo el silencio sepulcral y aquellos copos de nieve que no dejaban de caer. La familia volvió escuchar una vez más los gritos de Oliver, quienes afirmaron que “apuntó” al cielo. Ellos mismos dicen que la voz del niño se escuchaba ahora desde las alturas.
Existieron teorías de todas las clases desde entonces, y a medida que las décadas pasaron, la hipótesis de que un OVNI abdujo a niño tomó impulso. Sin embargo, existió una curiosa teoría que se tuvo en cuenta durante los años 70: las águilas gigantes. Según la historia, en 1977, un niño de unos 6 años fue atacado por dos águilas gigantes que lo levantaron del suelo y casi se lo llevan.
Entre otras teorías descabelladas, los fanáticos de la criptozoológia no tardaron en decir que pudo tratarse de “teratórnidos”, parientes del cóndor de los Andes, que desaparecieron hace ya unos 10 mil años, y que tal vez, el niño que en 1909 desapareció en Gales, pudo haber sido raptado también por “aves prehistóricas”.
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Fuente: diariojornada.com.ar
Imágenes: Supercurioso.com