El sacerdote vudú Bouckman inicia una revuelta de esclavos en la región de Limbé. En los días siguientes numerosas plantaciones de la colonia francesa son incendiadas y sus dueños asesinados. Con la consigna de la libertad y la igualdad inspirada en la reciente Revolución Francesa, los rebeldes toman el control del norte de la isla bajo el liderazgo de Toussant Louverture, un esclavo liberto. Finalmente el gobernador francés acepta otorgar la libertad de una parte de los sublevados e incorporar a sus representantes al gobierno colonial. La rebelión de los esclavos es la primera expresión libertaria de América Latina que logra obtener concesiones de las autoridades coloniales. Expresó la terrible situación del 95% de la población haitiana formada por negros, mulatos y mestizos que vivían sin libertad y sometidos a un trato infrahumano.