La Batalla de Aljubarrota aconteció al final de la tarde del 14 de agosto de 1385, entre tropas portuguesas al mando de Juan I de Portugal y el ejército castellano de Juan I de Castilla. La batalla se dio en el campo de San Jorge en los alrededores de la villa de Aljubarrota, entre las localidades de Leiria y Alcobaça en el centro de Portugal. El resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383-1385 y la consolidación de Juan I como rey de Portugal, el primero de la dinastía de Avis. La paz definitiva con Castilla se estableció en 1411. En la mañana del 15 de agosto, la magnitud de la derrota sufrida por los castellanos quedaba patente: los cadáveres eran tantos que llegaron a interrumpir el curso de los ríos que flanqueaban la colina. Con esta victoria, Juan I se convirtió en rey indiscutido de Portugal, el primero de la casa de Avis. Para celebrar la victoria y agradecer el auxilio divino que creía haber recibido, Juan I de Portugal mandó erigir el monasterio de Santa María de la Victoria (monasterio de Batalla) y fundar la villa de Batalla (Batalha).