Un grupo de milicianos mexicanos se detiene en el comercio de un repostero francés de apellido Remontel en las afueras de México DF. Se niegan a pagar por unos pasteles que han consumido y luego saquean el negocio del comerciante francés. El embajador de Francia, el barón Deffaudis, exige una desproporcionada indemnización de 60.000 pesos para Remontel, demanda que es rechazada por el gobierno mexicano del presidente Anastasio Bustamante. Considerándose afrentado - pero con el deseo oculto de intervenir en México - Deffaudis viaja a Francia y regresa junto a una flota de guerra para reclamar la indemnización. Como el asunto no se resuelve, la flota francesa bloquea los puertos mexicanos del Atlántico desde el 16 de abril y apresa las naves de ese país que encuentra a su paso. La persistente negativa mexicana provoca el envío de más naves desde Francia y el bombardeo del fuerte de San Juan de Ulloa y de la ciudad de Veracruz. México accede a pagar 600.000 pesos a Francia a cambio de un acuerdo de paz.