Un día como hoy, del año 1980, el fallo técnico de un chip disparaba las alarmas de ataque nuclear en el comando aéreo de Estados Unidos, que llegó a movilizar una respuesta bélica justo antes de constatar las inconsistencias entre distintos puestos de mando, que derivaron en la declaración de una falsa alarma.
Ocurrió cuando un chip defectuoso, que en el mercado costaba apenas unos 46 centavos de dólar, alteró las mediciones de un contador de misiles enemigos, que cambió repentinamente el histórico número 000, por el 200, es decir, un alerta que avisaba sobre el vuelo de doscientos misiles sobre el territorio estadounidense.
Aunque el alerta fue desestimada por no replicarse en ninguno de los otros monitores del sistema, tres días más tarde el incidente se repitió y las fuerzas estadounidenses de respuesta se movilizaron nuevamente, lo que obligó a una revisión técnica que descubrió el chip y un cable defectuosos.
El año anterior, el 9 de noviembre de 1979, otro incidente había llevado al mundo hasta el borde de una guerra nuclear, cuando por un error en las computadoras del Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial, el Mando Nacional del Pentágono y el Mando Alternativo Nacional detectaron falsamente un ataque soviético.
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