Un día como hoy, en Sudáfrica, era descubierto el diamante más grande del mundo, cuyo posterior fraccionamiento dio forma a varias piezas que hoy adornan el cetro y la corona real de Gran Bretaña.
El 26 de enero de 1905, en la mina Premier de Trasvaal (Sudáfrica), se descubrió el diamante más grande del mundo, con una masa de 3.016 quilates (600 gramos), bautizado con el nombre de diamante "Cullinan", en honor a Thomas Cullinan, presidente de la compañía minera.
En 1907, el general Louis Botha pidió autorización a la Cámara del Transvaal para comprar el diamante por 150 mil libras, con el propósito de obsequiarlo a Eduardo VII en el día de su cumpleaños.
El diamante viajó desde Sudáfrica a las Islas Británicas, hasta llegar a manos del rey Eduardo VII el 10 de noviembre, día de su cumpleaños, momento a partir del cual comenzaría un largo recorrido hasta ser fragmentado.
El 10 de febrero de 1908, Joseph Asscher, de la Royal Asscher Diamond Company, dividió el Cullinan en dos partes, pero la dureza la piedra logró romper la herramienta de corte. Cuatro días más tarde, se completó la facmentación.
En total, se obtuvieron nueve diamantes Cullinan, numerados del 1 al 9; y otras 96 piezas menores. Los dos primeros fragmentos, Cullinan I y II, conocidos como Estrella de África I y II, hoy pertenecen a la Corona británica.
Los otros siete Cullinan son hoy propiedad de la reina Isabel, y se encuentran engarzados en un collar, una sortija y varios broches. Existen otros fragmentos menores y piezas sin pulir, que también forman parte de su patrimonio.