La batalla de Almansa se desencadenó el 25 de abril de 1707 en las proximidades del puerto de Albacete (España). La batalla se llevó a cabo entre los partidarios del rey Felipe V de Borbón y los seguidores del Archiduque Carlos de Austria. Los primeros, o tropas borbónicas, estuvieron comandados por el duque de Berwick, y los segundos, o austracistas, fueron dirigidos por los generales Galway y Das Minas.
Esta batalla se insertó en el marco de la Guerra de Sucesión al trono de España, que se produjo tras la vacante producida por la muerte del rey Carlos II el Hechizado. La falta de un heredero directo al trono de España levantó las ambiciones de los monarcas europeos.
El testamento regio otorgaba el trono a Felipe de Anjou, nieto del poderoso monarca francés Luis XIV. En el exterior, países como Holanda, Inglaterra y Portugal vieron con malos ojos este aumento de poder indirecto del monarca francés y desataron los truenos de la guerra contra Luis XIV y su nieto Felipe de Anjou.
En el interior, muy pronto la correlación de fuerzas cambió bruscamente y se crearon dos bandos claramente definidos y enfrentados. Unos apoyaron al Archiduque Carlos, alegando derechos dinásticos y, otros al monarca borbón Felipe V.