El 13 de diciembre de 2003 el ex dictador iraquí Sadam Husein era capturado, luego de pasar varios meses en la clandestinidad a causa de la invasión de Estados Unidos a su país.
Nacido cerca de Bagdad en el año 1937, Hussein se unió al Baath, partido que posteriormente lideraría. Participó en varios intentos de golpe de estado hasta que, en julio de 1968, su primo se convirtió en dictador de Irak. 11 años después, Sadam tomó el cargo, en el que se mantuvo por 24 años. Durante su mandato, a principios de 1980, el país entró en guerra contra Irán. La guerra duró 8 años y a causa de ella murieron más de un millón de personas. En 1991 Estados Unidos invadió Irak por primera vez, pero Sadam se mantuvo en el poder. Durante esa década, Sadam enfrentó sanciones económicas por parte de la ONU, ataques aéreos y denuncias concernientes a la venta ilegal de petróleo y la fabricación de armas.
Durante la segunda invasión de Estados Unidos a Irak, el 13 de diciembre de 2003 el dictador fue hallado en su escondite y arrestado por soldados estadounidenses. Después de ser mantenido bajo custodia, Husein fue condenado a muerte en la horca por crímenes contra la humanidad. Su ejecución tuvo lugar el 30 de diciembre de 2006. A pesar de una intensa búsqueda, las armas de destrucción masiva nunca fueron encontradas en Irak.