Un día como hoy, (el 25 de Octubre si se toma en cuenta el calendario juliano que regía entonces en Rusia; el 7 de Noviembre para el calendario gregoriano que utiliza occidente) de 1917 se alzaba la Revolución Rusa con la aniquilación definitiva del régimen zarista y el derrocamiento del gobierno provisional de Kerensky, iniciando con ello un proceso de instauración de un régimen socialista encabezado por el líder político Vladimir Lenin, siguiendo las teorías históricas y económicas de Karl Marx, y formando finalmente la República Federal Socialista y Soviética Rusa. Favorecida por el impacto de la Primera Guerra Mundial y por un contexto de hambre y miseria en la población, esta revolución es considerada uno de los episodios fundacionales del siglo XX que terminaría, históricamente hablando, en 1991 con la disolución de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Fue uno de los procesos históricos más importantes de su época, y dio lugar a un régimen defendido y atacado por muchos, objeto de estudio, investigación y encendidas polémicas que no han terminado, sostenido en la ideología socialista y comunista, y enfrentado a su contraparte occidental, el sistema capitalista encarnado por la gran potencia mundial de los Estados Unidos.