Un día como hoy, del año 1983, en Australia, los doctores Alan Trounson y Linda Mohr realizaban la primera transferencia de un embrión humano descongelado, un exitoso implante que abrió las puertas a las modernas técnicas de reproducción asistida.
También conocida como fecundación artificial, la reproducción asistida representa un conjunto de técnicas biomédicas que tienden a facilitar o incluso sustituir los procesos naturales de fecundación humana.
La fecundación in vitro implica el control hormonal del proceso de ovulación, lo que permite extraer ovocitos del ovario materno para fecundarlos externamente, en un medio líquido, con espermatozoides.
Una vez que el óvulo resulta fecundado, el cigoto que se obtiene es implantado en el útero de una mujer. Si el implante resulta exitoso, el cigoto continuará su desarrollo normalmente hasta el momento del parto.
Hoy, la reproducción asistida puede efectuarse mediante distintas técnicas, siendo la más adecuada aquella que se ajusta de mejor manera a la problemática de cada mujer o pareja de personas.