Un día como hoy, del año 1274, en la Abadía de Fossanova, Italia, fallecía el teólogo y filósofo católico Tomás de Aquino, apreciado como principal referente de la enseñanza escolástica y uno de los mayores teólogos sistémicos.
Faro de las escuelas filosóficas tomistas y neotomistas, la obra metafísica de Aquino es acaso la fuente más citada del siglo XIII, lo que le valió el nombramiento de Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad por parte de la Iglesia católica.
Entre sus principales trabajos filosóficos se destacan la Summa theologiae y la Summa contra gentiles, obras que compendian la doctrina católica y la apología filosófica de la fe católica, respectivamente.
Aquino fue el primer teólogo en establecer una compatibilidad entre el pensamiento aristotélico y la fe católica, hito que repercutió en las futuras corrientes del pensamiento occidental.
Canonizado por el Papa Juan XXII en el año 1323, Santo Tomás de Aquino fue nombrado Doctor de la Iglesia en 1567 y Patrón de las universidades y centros de estudio en 1880.