Un grupo de jóvenes integrantes del grupo pro nazi Movimiento Nacional - Socialista de Chile intentan un golpe de estado contra el presidente Arturo Alessandri Palma. Una serie de marchas en todo Chile buscaban instalar las condiciones para que el ejército, profundamente influido por el general nacionalista Carlos Ibáñez del Campo, interviniera a favor de la asonada. Un grupo de nazis chilenos se parapeta en el edificio del Seguro Obrero lindante con la casa de gobierno, al que logran acceder tras asesinar a un carabinero que intenta detenerlos. El gobierno logra conjurar el levantamiento. Al finalizar el día otros focos rebeldes en Santiago son rendidos a costa de media docena de muertos. Los 25 jóvenes que resisten en el Seguro Obrero deciden rendirse. Son ejecutados por los militares junto a los rebeldes capturados en otros sitios de la ciudad. Son asesinadas 64 personas, la gran mayoría nazis chilenos y también empleados del Seguro Obrero que nada tenían que ver con la asonada.