Durante la madrugada de un día como hoy, del año 1934, en Alemania, el régimen nazi, liderado por Adolf Hitler, perpetraba la llamada Operación Colibrí: una serie de asesinatos políticos que permitieron al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán afianzar su poder en todas las estructuras estatales.
Conocida como La noche de los cuchillos largos, la matanza representó una purga política dentro del Partido Nazi, que tuvo como blanco principal a la cúpula del grupo paramilitar nazi Sturmabteilung (SA) y su líder, Ernst Röhm, a los que, por su crecimiento u auntonomía, Hitler consideraba una amenaza.
Hacia el verano de 1934, el número de enrolados en la SA había llegado a casi 2 millones, superando el número de soldados con que contaban las Fuerzas Armadas. Por otra parte, Ernst Röhm era conocido por su promiscuidad sexual y se decía que pasaba jornadas enteras en fiestas etílicas y sexuales con jóvenes de la organización.
Ideológicamente, Röhm representaba el ala izquierda del partido: tenía ideas socialistas, se oponía a los empresarios alemanes y no era totalmente fiel a Hitler. Heinrich Himmler, jefe de las SS, Hermman Göring y Joseph Goebbels finalmente convencieron a Hitler de llevar a cabo la Operación Colibrí.