El 9 de septiembre de 1810, un complot independentista liderado por los criollos mexicanos de Querétaro fue delatado por un párroco que comunicó las intenciones de conspiración a las autoridades españolas.
La conspiración de Querétaro, liderada por el cura Miguel Hidalgo y secundada por Ignacio Allende, Juan Aldama y Josefa Ortiz de Domínguez, intentó organizar una revuelta independentista planificada para el 1 de octubre de 1810.
Tan pronto los revolucionarios fueron delatados, se ordenó la inmediata captura de sus jefes, lo que obligó al independentista Juan Aldama a buscar refugio en la iglesia de Los Dolores, donde Miguel Hidalgo era párroco.
Cuando las tropas estaban a punto de llegar a Querétaro para cumplir con las detenciones ordenadas por la autoridad española, el sacerdote Miguel Hidalgo desató una rebelión a la que se sumaron miles de mexicanos.