El 16 de Febrero de 2011 Japón anuncia la suspensión de la supuesta caza científicas de ballenas en los gélidos mares de la Antártida, debido a las constantes presiones de activistas, ecologistas y de diversas ONGs del mundo entero, entre ellas, la también ecologista Sea Shepherd.
Como antecedente cabe mencionar que ya en el año 1986, Japón también había anunciado la suspensión de dicha práctica, plegándose a la moratoria impuesta a nivel internacional que tendía a prohibir la actividad para preservar a los cetáceos. Pero al año siguiente, en 1987, Japón comunicó que retomaría la caza de ballenas pero con “fines científicos”.
Actualmente, según organizaciones ecologistas y protectoras de ballenas, Japón hace caso omiso de la moratoria internacional que prohíbe la caza de cetáceos y por tales motivos, enfrenta demandas en tribunales internacionales y recibe la condena de la opinión pública mundial.
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