El búnker fue utilizado durante los últimos momentos de la guerra por Hitler (de ahí su denominación Führerbunker), que se trasladó allí el 16 de enero de 1945, después de comprobar cómo los continuos ataques aéreos habían convertido la estancia dentro de la Nueva Cancillería peligrosa.
Según relatos de los supervivientes, Adolf Hitler, tras tener conocimiento de que las fuerzas armadas que debían liberar a Berlín se habían rendido a los rusos, ordenó llamar a un funcionario judicial para que oficializase su boda con Eva Braun, tras lo cual se suicidó junto a su ya mujer. Al parecer sus restos y los de su esposa fueron sacados al jardín de la Cancillería y se les prendió fuego para evitar que los rusos pudiesen capturarlos. El búnker fue tomado por las fuerzas soviéticas el día 2 de mayo de 1945.
Tras la guerra, los restos del búnker permanecieron olvidados durante años y semienterrados en una manzana urbana baldía adyacente adonde existió el Reichstag, siendo los del antebúnker demolidos por las autoridades de la Alemania del Este, al menos parcialmente, en el año 1988 para construir sobre ellos apartamentos.