Las disputas entre la Argentina y la Confederación Perú Boliviana iban en aumento por la posesión de la región de Tarija y el amparo que daban los bolivianos a los opositores al gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas. El 19 de mayo de 1837 Rosas le declara la guerra a los peruano - bolivianos. Una columna de la confederación invade las provincias argentinas de Jujuy y Salta. Las fuerzas argentinas son derrotadas en la batalla de Iruya el 11 de junio de 1838 y nuevamente en Montenegro el 24 de junio siguiente. A espaldas de Rosas, los negociadores de las provincias norteñas argentinas pactan una tregua con los bolivianos y el retiro de las zonas ocupadas. La disolución de la Confederación Perú Boliviana tras la batalla de Yungay hizo desaparecer formalmente el conflicto.