La República de San Marino es la más pequeña y antigua de Europa y del mundo. Está enclavada en el territorio italiano, entre Emilia-Romaña y las Marcas; en una zona accidentada, al pie del Monte Titano de 749 metros, muy cerca del Mar Adriático; en el sur del continente europeo. La religión predominante es la católica. San Marino se considera la república más antigua que aún sobrevive al haber sido fundada el 3 de septiembre de 301 dC. según la tradición por el constructor San Marino, un cristiano que huía de las persecuciones imperiales. Disputado por las familias reales de los Rímini y Montefeltro, y sujeta a las luchas entre güelfos y gibelinos, logró mantener su independencia y aumentar su territorio. El pequeño Estado fue reconocido por la Francia napoleónica en 1797, y por otros estados europeos en 1815 durante el Congreso de Viena. A pesar de ser un país soberano, depende en gran medida de Italia, por la que está completamente rodeada desde la unificación del país en el siglo XIX.