Los Provos holandeses eran jóvenes que protestaban contra las estructuras sociales de la sociedad burguesa y que, a diferencia de los hippies, no sólo se limitaron a atacar las estructuras políticas de forma impulsiva, sino también de forma consciente y racional.
La primera gran lucha de los "provos" persiguió la legalización de la marihuana, con el fin de evidenciar la ignorancia y los tópicos existentes con respecto al consumo de cannabis. Las constantes protestas se iniciaron en el año 1965 y culminaron el 14 de junio de 1968. Amsterdam vivió algunos meses furiosos de revueltas permanentes, de manifestantes heridas, de provos cercados por la policía.
Quedó patente que las autoridades se sentían más cuestionadas por los ataques provo a la gramática cultural, que por las protestas tradicionales. En vez de ofrecer un análisis de la función social de la policía y la justicia, Provo actuaba en base a un énfasis subjetivo. Provo consideraba la confrontación con la policía como un «acontecimiento lúdico».