Isabel I de Trastámara, llamada la Católica nació el 22 de abril de 1451 y falleció el 26 de noviembre de 1504. Fue la reina de Castilla y de León entre 1474 y 1504, también reina consorte de Sicilia desde 1469 y de Aragón desde 1479. El testamento original de la reina se conserva en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Una copia se envió al monasterio de Santa Isabel de la Alhambra de Granada. Y otro, a la catedral de Toledo, aunque desde 1575 pasó al Archivo General de Simancas. En él, dejó dicho que sus sucesores debían esforzarse en conquistar para el cristianismo el Norte de África, siguiendo la reconquista peninsular, pero el descubrimiento de América hizo que los esfuerzos de los reinos castellanos se alejasen de ese objetivo. Su empeño como defensora de la igualdad de sus súbditos americanos con los del Viejo Mundo, le han ganado el título de Precursora de los Derechos Humanos por importantes historiadores (ello a pesar de haber decretado en Castilla la conversión obligada de los judíos, sobre pena de expulsión, Decreto de Granada, y más tarde, empujada por su marido y por el papado, a romper Las Capitulaciones de Granada, pactadas con Boabdil, y obligar a la conversión a los musulmanes). Su supuesta vida de santidad y la beatitud de sus escritos, han hecho plantearse en numerosas ocasiones su posible beatificación y canonización por la Iglesia Católica, de la que era fiel y amante hija.