Entre la noche del 6 de noviembre y la mañana siguiente, 25 de octubre según el calendario que regía por entonces, 7 de noviembre según el calendario actual, comenzó la denominada Revolución de Octubre en Rusia, primera revolución proletaria del siglo XX.
Se trató de una revuelta antigubernamental y espontánea, generalizada en todo el Imperio Ruso, aparentemente sin dirección o control, ni tampoco objetivo reconocido.
Se la considera generalmente como el punto de comienzo de los cambios políticos, económicos y sociales en Rusia, con impacto palpable tanto en América como Europa.
Aunque la Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, les dio a otros países convulsos del tercer mundo un ejemplo a seguir.
Con la Revolución Rusa el proletariado se erigía como caudillo del conjunto de los oprimidos e instauraba su dominación política, sentando las bases de un nuevo régimen social.