El 23 de junio de 1961 entró en vigor el Tratado Antártico, un acuerdo internacional que estableció la Antártida como una zona desmilitarizada y dedicada a la investigación científica pacífica.
El tratado fue firmado inicialmente el 1 de diciembre de 1959 por doce países: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética.
Estos países, algunos de los cuales tenían reclamaciones territoriales en la Antártida, acordaron poner sus diferencias a un lado y dedicarse a la cooperación científica y la preservación del continente.
El Tratado Antártico tiene varios puntos clave: uso exclusivamente pacífico; libertad de investigación científica; prohibición de actividades nucleares; y el no reconocimiento de reclamos territoriales.
El tratado también establece que cualquier actividad en la Antártida debe ser reportada a las otras partes signatarias, y permite la inspección mutua de estaciones, instalaciones y equipos para asegurar el cumplimiento del tratado.
Este acuerdo ha sido considerado un éxito notable en la diplomacia internacional, ya que ha permitido que la Antártida permanezca libre de conflictos y dedicada a la investigación científica.