Cada 20 de agosto, el mundo conmemora el Día de la Papa Frita, una celebración con causas y orígenes no esclarecidos, aunque igualmente perfecta para saborear unas deliciosas papas fritas.
Las papas fritas más tradicionales, tal como hoy las conocemos, en forma de bastones, encuentran sus raíces en una disputa aún no resuelta entre Bélgica y Francia, países que se atribuyen igualmente la autoría.
En Francia, a finales del siglo XVIII, se instalaron los primeros vendedores de papas fritas en París, más precisamente sobre el Pont Neuf, en donde elaboraron el platillo a la vista de lo clientes, dentro de una sartén al fuego de las brasas.
En cambio, en Bélgica, el platillo se preparó en dos etapas, primero con aceite, único medio de cocción en el caso de las papas fritas francesas, y más tarde en grasa, método que proporciona aún mayor sabor.