El 20 de mayo de 1932 quedó grabado en los anales de la aviación como el día en que la intrépida aviadora Amelia Earhart desafió los límites de lo posible al emprender su histórico vuelo solitario sobre el océano Atlántico.
Earhart se dispuso a escribir un nuevo capítulo en la historia de la aviación al despegar desde Terranova, Canadá, en su solitario viaje hacia París, Francia. Este audaz intento no solo marcó un hito en la carrera de Earhart, sino que también se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino y perseverancia.
A lo largo de su travesía, enfrentó desafíos y peligros inimaginables, pero su coraje y habilidad prevalecieron. Después de horas de vuelo incansable, Earhart finalmente llegó a su destino, dejando una huella imborrable en la historia de la aviación y en el corazón de millones de personas en todo el mundo.