El amor de Wayne por la vida al aire libre se remonta a su niñez cuando junto a sus dos hermanos mayores pasaba horas en los bosques construyendo refugios y aprendiendo de su madre acerca de alimentos salvajes comestibles. Pronto, la construcción de refugios dio paso a la caza, la pesca y el arte de procesar animales de caza. Cuando Wayne tenía 16 años ya se exigía a sí mismo aventurándose solo en los bosques para probas sus habilidades de supervivencia. En un corto período de tiempo se estaba preparando carne de animales salvajes y pasando las noches en refugios hechos de malezas con poco equipo. Finalmente, comenzó las expediciones por su cuenta. Wayne deja a su concubina, tres hijos y un hijastro, pero está ansioso de afrontar los desafíos de sobrevivir en la naturaleza en la Isla de Vancouver. Ve esto como una oportunidad para compartir su experiencia con otros pero también como una oportunidad única en la vida para probar las habilidades que ha aprendido desde niño. Confía que su conocimiento y sus habilidades lo llevarán hasta el final.